Para ayudar a un adicto, independientemente de la sustancia a la que se tenga adicción, se deben seguir los siguientes pasos:
Es muy dura la recuperación de un adicto, pero siguiendo estos pasos con el apoyo incondicional lograremos que esa persona salga del agujero y encuentre la felicidad y plenitud que tanto merece.
¿Por qué son tas adictivas las sustancias adictivas y por qué es tan difícil abandonar el consumo?
A dia de hoy, sabemos más sobre cómo afecta la cocaína y otras drogas al cerebro y en qué parte lo afecta, incluyendo cómo produce sus efectos placenteros y por qué es tan adictiva. De hecho, mediante el uso de tecnología avanzada, los científicos pueden ver los cambios dinámicos que ocurren en el cerebro al momento de usar la droga, observando lo que pasa cuando el usuario experimenta la oleada de euforia (“rush”), la exaltación (“high”) y, finalmente, el deseo vehemente (“craving”) por la cocaína.
La dependencia psicológica o psíquica es un sentimiento de satisfacción y un comportamiento psíquico que requiere periódica o continuadamente la administración de la droga para producir placer o evitar el malestar. En el caso del consumo de Cocaina, la dependencia psicologíca que genera es muy elevada.
Los primeros contactos normalmente están asociados a experiencias muy placenteras en las que se produce euforia o una gran tranquilidad, al darse estos cambios en el estado de ánimo que en muchos casos se da a nivel visceral, se genera un enamoramiento de la sustancia.
Cuando existe baja tolerancia a la frustración o incapacidad para hacer frente a los problemas de la vida cotidiana existe una tendencia a buscar “soluciones mágicas” y muchos creen encontrarlas través del uso de drogas.
Definición de adicción
Según la Organización Mundial de la Salud, la adicción es una enfermedad física y psicoemocional conformada por deseos que consumen los sentimientos y pensamientos de quien la padece. Hay dos tipos de adicción, con sustancias (adicción al alcohol o alcoholismo, adicción a la marihuana, adicción a la cocaína…) y sin sustancias (adicción al juego, adicción al sexo, a la alimentación…).
En este caso nos centraremos en la adicción con sustancias.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales, empleado por Psicólogos y Psiquiatras a nivel mundial, reconoce una serie de criterios para diagnosticar que una persona es dependiente de sustancias: un patrón maladaptativo que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo en la persona, expresado por tres o más de las características siguientes:
¿Cómo lidiar con la adicción a la cocaína de tu pareja?
1- Debes saber que no puedes obligar a tu pareja a que acepte tu ayuda. A menos que la persona en cuestión esté lista para ayudarse a sí misma, no puedes controlar su adicción.
2- Céntrate en ti mismo. Lo que debes controlar es tu vida y el modo en que eliges vivirla. Cuando una persona vive con una pareja que padece una adicción a la cocaína toda su atención a menudo se centra en el adicto y su problema. Vuelve a poner la atención en ti mismo y retoma las actividades con amigos, reanuda tus pasatiempos y buscas cosas para hacer que te hagan sentir bien.
3- Ten en cuenta que básicamente tiene dos opciones cuando se trata de una pareja adicta: puedes aceptarla tal como es o alejarte de ella. No puedes obligar a nadie a enfrentar su adicción y dejar de consumir cocaína.
4- Lleva un diario. Escribir tus pensamientos, sentimientos y emociones en relación a la adicción de tu pareja es el primer paso para cambiar tu modo de pensar.
5- Ponte en contacto con un profesional para obtener ayuda en lo que respecta a la adicción a la cocaína de tu pareja. Esta organización es un grupo de apoyo para familiares de adictos a la cocaína.
6- Busca asesoramiento profesional para lidiar con los sentimientos que te produce la adicción de tu pareja. Vivir con un adicto a la cocaína a menudo provoca sentimientos tales como la obsesión, la ira, la ansiedad, la negación y la culpa. Debes modificar estos pensamientos antes de que desarrolles una imagen de baja autoestima.
¿Qué es la coadicción o codependencia?
La coadicción (o también llamada codependencia) es una enfermedad tan cruel como la del mismo adicto, y aunque no conozco ningún estamento oficial que ofrezca asistencia a los afectados mediante un protocolo claro y preciso, empieza a ser reconocida como tal y se la cataloga como disfunción.
La codependencia se caracteriza por una preocupación excesiva de una persona, lugar u objeto, la dependencia hacia otra persona se convierte en una relación patológica afectando en las relaciones con los demás.
El codependiente tiene su vida enfocada en los demás y no en si mismo, ocasionado por su falta de autoestima, necesita la aprobación de los demás, por lo que intenta satisfacer a todo el mundo, negando sus propios sentimientos.
Es una enfermedad de la persona más allegada al adicto, que ocasiona una relación enfermiza entre ambos, ayudando con ella a convertir al adicto en un inválido psicológicamente. Es decir: minusvaliza su personalidad, fomentando su inmadurez, su incapacidad por valerse por sí mismo, para tomar según que decisiones y ejercer responsabilidades. El adicto, gracias a esta conducta sobreprotectora, se convierte en un parásito.
A veces, para conseguir la recuperación del adicto, primero hay que conseguir que sus allegados acepten la existencia de la enfermedad, ya que el codependiente se vuelve tolerante a la conducta cada vez más destructiva y anormal del adicto.
Estas conductas permisivas son las que impiden que el adicto asuma la responsabilidad de sus acciones, obstaculizando la recuperación.
Hay que tener en cuenta que la coadicción genera: obsesión, conductas inapropiadas de rescate, de compulsión y control, falta de límites: deseos de hacer cambiar a la persona adicta dejando de vivir la propia vida para vivir la del adicto, falta de autoestima, sensación de impotencia y fracaso…
El adicto toma sustancias y el coadicto vive enganchado a la ilusión de que su comportamiento y cuidados salvaran al adicto de su enfermedad. A la persona coadicta le cuesta mucho aceptar que la recuperación está en manos del propio adicto, y no en las de ella, ya que al no existir limites internos claros, permite que la conducta de la otra persona la afecte.
Para que la recuperación sea exitosa, es tan importante la recuperación del adicto como de todo su entorno. Si una de ambas partes sigue enferma, la recaída es más probable.
¿Cómo ayudar a un adicto?
Existe un tratamiento que combina dos vertientes en cuanto a la desintoxicación de la cocaína o cualquier otra droga: por un lado, aborda la adicción desde un punto de vista médico y por otro lado, y paralelamente, se aborda psicológica y terapéuticamente.
La farmacología constituye la pieza fundamental del tratamiento en cuanto la farmacología que se le prescribe al paciente tiende a suavizar los síntomas del síndrome de abstinencia y a paliar la ansiedad o la depresión subyacente detrás de la adicción a la cocaína.
Y por otro lado, la psicología y psiquiatría plantea el problema de la adicción desde el plano psicológico y terapéutico, cuya herramienta fundamental es la psicoterapia. Combinar la práctica adecuada de estas dos orientaciones -médica y psicológica-, permite conseguir mayor efectividad en el tratamiento de cocaína o cualquier otra sustancia psicoactiva.
¿Quién debe estar ahí para ayudar?
Una de las mayores consideraciones que se encuentran en la intervención es elegir quién va a estar allí. Hay que pensar completamente este asunto de antemano. El número de personas presentes es menos importante que quién esté allí. De ser posible, la persona ala que el adicto respete más debe estar presente. Esta persona es un líder de opinión para el adicto y tiene que estar allí para darle pleno soporte al hecho de que la persona reciba ayuda y debe estar bien informado acerca de la agenda real.
Tantos miembros de la familia como sea posible deben estar allí siempre y cuando todos y cada uno de ellos esté completamente de acuerdo acerca del hecho de que la persona necesita ayuda y que respalde la agenda general. Si hay alguien antagonista en la familia contra el adicto y no es capaz de controlarse de presentar argumentos y acusaciones, entonces usted puede considerar dejar a esa persona fuera.
Generalmente, el adicto tiene muchos enemigos y le ha hecho mal a la mayoría de la familia pero las discusiones y la indisposición no benefician la causa de hacer que el adicto busque tratamiento. De hecho, generalmente resulta en impedir que esto ocurra porque el foco de atención se coloca en la discusión y no en el asunto que nos atañe.
La meta general es llevar al adicto a un momento en el que se dé cuenta que hay un problema y que esté dispuesto a buscar ayuda. Cuando se haya logrado esto, esté preparado para llevarlo a tratamiento sin tardanza.
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