El primer programa de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos apareció después de que el co-fundador (Bill Wilson) escribió las 12 medidas que se hicieron universalmente aceptadas como un medio eficaz para tratar el alcoholismo.
Con el tiempo, la gente descubrió que el 12 pasos y los programas de 12 pasos fueron un medio eficaz para tratar otras adicciones.
Aunque las reuniones de 12 pasos proporcionan un entorno favorable, el corazón del programa son los 12 pasos. Cualquier persona que asista a un programa de 12 pasos debe considerar trabajar los pasos.
Los 12 pasos de promueven el cambio, dándonos las tareas que se pueden lograr, y nos recuerdan que tenemos que hacer algo para cambiar.
1 – Admitimos que en nuestras vidas éramos impotentes ante [algo] y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables [sin Dios]
Este paso nos introduce a la libre honestidad y humildad. Tenemos que admitir que necesitamos ayuda. Este es el paso de la conciencia. Es una preparación para invitar a la curación espiritual en nuestras vidas.
Este paso nos introduce a la libre honestidad y humildad. Tenemos que admitir que necesitamos ayuda. Este es el paso de la conciencia. Es una preparación para invitar a la curación espiritual en nuestras vidas.
2 – Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
Este paso nos trae esperanza. Admitiendo nuestra impotencia se desinfla el ego. Esto puede ser muy atemorizante.
¿Qué vamos a hacer si somos impotentes ante una enfermedad que amenaza la vida?. La respuesta a este dilema es el segundo paso. Sí, estamos locos, pero hay un poder superior a nosotros mismos que puede hacerse cargo del problema ? maravilloso.
Cuando tomamos este paso, reconocemos que la espiritualidad nos puede sanar.
3 – Tomamos la decisión de poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
La curación viene de una relación con un Poder Superior. Para comenzar esta relación hay que rendirse. El ego odia esto.
Esta entrega comienza con la decisión de poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios. Esto es crucial. Es como ponernos en las manos de un médico una vez que hemos descubierto que tenemos una enfermedad potencialmente mortal.
4 – Hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos sin miedo.
Este paso es como un diagnóstico de nuestro problema. Cuando los médicos están en busca de una cura comienzan a aislar el virus que está causando la enfermedad. Debemos hacer lo mismo.
Hay que tener una buena mirada dura a nosotros mismos. Tenemos que aislar valores distorsionados, pensamientos y comportamiento. Tenemos que buscar y escribir acerca de todos los rasgos de personalidad negativos que causan los problemas. Conscientemente debemos definir lo que hay que cambiar si queremos sanar. Debemos saber qué partes de nosotros mismos queremos conservar y qué partes queremos eliminar. Algunas personas llaman al cuarto paso un plan para el cambio.
5 – Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos.
En este paso se comparte o confiesa la información negativa que hemos recogido en nuestro cuarto paso.
Nosotros compartimos esta información con “nosotros mismos” (esto representa auto-honestidad), “Dios”, (lo que representa nuestro inconsciente), y “otro ser humano”, (lo que representa el mundo).
Este paso está diseñado para ayudarnos a compartir nuestros secretos. Los secretos son un subproducto de la vergüenza. Tienen que salir de su escondite si vamos a sanar. En las reuniones de 12 pasos se oye decir que somos “enfermos como nuestros secretos”.
6 – Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
Este paso promueve la preparación. Se nos recuerda por este paso que, si bien estamos conscientemente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos, inconscientemente nos aferramos a ellos por miedo y hábito.
Cuando esto sucede, debemos orar por buena voluntad. La oración altera nuestras reservas inconsciente.
7 – Humildemente pedimos a Dios que nos liberase de nuestros defectos.
Este gesto reconoce la superioridad de nuestro Poder Superior. Nos recuerda que él o ella puede hacer por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos.
Este paso, en forma de una oración, también ayuda a transformar nuestra voluntad consciente en una voluntad inconsciente. Cuando el deseo se convierte en conciencia arraigada en nuestro inconsciente empezamos a cambiar.
8 – Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar a todas ellas.
Este paso está diseñado para ayudarnos a dejar de lado la culpa residual. Se promueve la honestidad y el cambio.
Es una expresión de nuestro deseo de dejar el pasado atrás y empezar de nuevo mediante el reconocimiento de los errores que hemos cometido. También es una forma sencilla de organizarse para el noveno paso.
9 – Reparamos directamente a cuantos nos fue posible, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
Este paso es cómo poner en práctica nuestro deseo de dejar el pasado detrás de nosotros y dejar de lado la culpa residual. Se necesita coraje para dar este paso.
Este paso no está diseñado para mejorar nuestra relación con todas las personas que hemos dañado (aunque puede hacerlo). Ni tampoco siempre se traduce en ser perdonado por las personas que hemos lastimado. Este paso está diseñado para ayudar a disminuir la culpa que sentimos.
También nos ayudará a recuperar nuestro propio respeto. El respeto a sí mismo viene de hacer lo correcto, incluso si no ganas.
10 – Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
Este es el primero de los “pasos de mantenimiento”. Al igual que el paso once y doce, este paso está diseñado para ayudarnos a mantener lo que hemos ganado en los nueve primeros pasos (auto-respeto, la paz de la mente, la libertad de la adicción, etc).
En este paso periódicamente replanteamos lo que estamos haciendo y tomamos nota de nuestras malas acciones. Entonces admitimos nuestros errores y hacemos las paces.
Este paso es crucial si queremos evitar la regresión.
11 – Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente conocer la voluntad de Dios para nosotros y la fortaleza para cumplirla.
Este paso nos ayuda a mantener y mejorar nuestra condición espiritual. Para ello, nos recuerda la práctica de las disciplinas espirituales. Esto es lo que nos mantiene en remisión.
La espiritualidad es un estado de ánimo, pero al igual que la atrofia de los músculos sin ejercicio, la espiritualidad crecerá débil sin la oración.
12 – Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los adictos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Para mantener lo que hemos conseguido, tenemos que darlo nuevamente.
Ayudar a los demás también nos hace sentir bien con nosotros mismos. Esto es bueno para nuestra recuperación.
No es una manera de reforzar nuestra autoestima, o bien, no debe hacerse a expensas de nuestro propio bienestar. No hay un término medio entre el egoísmo y la codependencia.
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